Una de las preguntas más frecuentes en los talleres que doy es si el gobierno está haciendo algo para regular la I.A., y honestamente creo que es más fácil que la I.A. regule al estado, de hecho lentamente ya está pasando. De cualquier modo al final del texto, te dejo un link con la propuesta del Senado de México con relación a esta hermosa batalla.
La velocidad
Mientras que nuestros queridos legisladores se toman su tiempito para robar con la ley en la mano, votar sin criterio, y vivir en la edad media, las IAs operan a la velocidad de la luz. Bueno, casi. Mientras un comité decide la fecha para la próxima reunión, una IA ya habría analizado miles de datos, identificado patrones para predecir, controlar y proponer soluciones en el mundo real.
Un ojo que todo lo ve
Luego está el tema de la supervisión. Imagina una IA con la capacidad de monitorear en tiempo real todas las transacciones gubernamentales, garantizando transparencia y eficiencia. Nada de "se me perdió el expediente" o "estoy esperando que me respondan el email". La IA sería ese amigo meticuloso que no deja pasar ni una, asegurándose de que todo esté en orden y nadie esté jugando a ser el más listo. A esto justo me refiero que es más fácil que la I.A. ponga en orden al estado.
Objetividad al poder
Ah, la objetividad, ese santo grial de la toma de decisiones. Mientras que los humanos somos tan susceptibles a nuestras emociones como a la última novela chafa, una IA podría tomar decisiones basadas puramente en datos y análisis lógico. Claro, tendríamos que asegurarnos de que sus algoritmos no estén sesgados, porque nadie quiere una I.A. clasista y racista decidiendo el futuro de la política fiscal, ¿o sí?
La contraofensiva humana
Pero no todo es color de rosa en esta utopía tecnológica. El mayor desafío sería, irónicamente, el factor humano. ¿Cómo convences a un grupo de personas, cuya carrera se ha basado en la toma de decisiones y el control del poder, de que una máquina podría hacer parte de su trabajo mejor que ellos? Es más fácil enseñarle a mi abuela viralizarse en TikTok.
El gran pero...
Finalmente, aunque la idea de que la IA regule al gobierno suena fascinantemente eficiente, enfrenta un obstáculo gigante: la ética y la moral. Una IA puede ser imparcial y eficiente, pero ¿quién le enseña lo que está bien y lo que está mal? Y más importante aún, ¿quién decide eso? Hasta que no tengamos una respuesta clara (y aceptada universalmente) a estas preguntas, tal vez sea mejor que nos quedemos con el lento pero seguro método humano... o quizás no.
¿Pero tu qué opinas?
INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE EXPIDE LEY FEDERAL QUE REGULA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL.